¿Quién no conoce a Elmer a estas alturas? Pero me regalaron el cuento este verano, y no podía faltar su huequito en el blog.

“Había una vez una manada de elefantes. Había elefantes jóvenes y elefantes viejos; elefantes altos, gordos o delgados. Elefantes “así o asá”, todos diferentes, pero todos felices y del mismo color. Todos… menos Elmer.”

Elmer era diferente a los demás elefantes de la manada. ¡Era de muuuuchos colores!

Los demás elefantes se ríen con él porque es muy divertido, pero piensa que en realidad se ríen de él (que no es lo mismo…). ¿Cómo no se iban a reír de él, si es diferente a ellos? Cansado de no ser como el resto de elefantes, una noche se irá para buscar la manera de ser, aparentemente, como los demás.

Elmer vuelve a la manada con otra apariencia y sus compañeros no le reconocen. Mira a su alrededor y algo extraño estaba pasando: ¡Qué tristeza tenían aquellos elefantes! Y es que, como supuestamente Elmer ha desaparecido, le echaban de menos. Entonces decide hacer algo para que descubran que sigue allí. ¿Qué hará para que se den cuenta?

Cuando le descubren, todos se ríen a carcajadas. ¡Qué divertido es Elmer!

A partir de ese día, todos los años celebran “el Día de Elmer”. En ese día, todos serán diferentes. ¿Qué harán?

El mensaje que transmite este cuento es que, aunque seamos diferentes, siempre habrá algo que nos haga ESPECIALES.