Para empezar, cuéntanos algo sobre ti, ¿Quién está detrás de @unamiradaespecialblog_?

Aunque después de 7 años con este proyecto todavía mucha gente piensa que somos un equipo, detrás de “UNA MIRADA ESPECIAL” solo estoy yo. Me llamo Tamara, tengo 29 años, soy de Madrid y soy Integradora Social.

Nos encantaría saber más sobre el inicio de tu camino en el mundo de la educación especial. ¿Qué fue lo que te inspiró a elegir esta dirección?

Pues debo decir que mis primeros estudios no tenían que ver absolutamente nada con esto. De pequeña tenía claro que quería dedicarme a la educación y a algo que estuviera relacionado con atender a personas con discapacidad. Cuando ya tuve que elegir unos estudios, no sé por qué, decidí hacer algo relacionado con turismo. Hice mis prácticas en un hotel muy conocido de Madrid y me gustaba, pero cuando ya terminé, una amiga me convenció para hacer un curso de Monitor de Ocio y Tiempo Libre para personas con discapacidad. En el último momento me lancé. Disfruté mucho ese curso y las prácticas mucho más. Las hice en una fundación de personas con discapacidad intelectual. Tanto me gustó la experiencia que me quedé como voluntaria un año más haciendo salidas de ocio los fines de semana. Al mismo tiempo, en diario iba a otra asociación en un centro de día de personas con Discapacidad Intelectual. Durante esa etapa, me propusieron trabajar a domicilio con una adolescente con Síndrome de Down, y al final, después de todas estas experiencias, es cuando tomé conciencia de que ESTO es lo que a mí me llenaba. Así que a partir de aquí empecé un sinfín de formaciones relacionadas con este ámbito: Integración Social, Atención Temprana, educación especial, dificultades del aprendizaje y mucha más formación (cursos sobre autismo, síndrome de Down, TDAH…).

Sabemos que tu blog “Una Mirada Especial” empezó como un proyecto personal. ¿Podrías contarnos cómo y por qué decidiste iniciar este blog?

Como os contaba en la pregunta anterior, la mamá de una adolescente con Síndrome de Down me propuso trabajar a domicilio con su hija. Con toda la ilusión del mundo me puse a preparar recursos (que por cierto, no tenían nada que ver con los que creo ahora, porque no tenía mucha idea de crearlos jajajaj), pero estaba segura de que nos servirían para trabajar. Al mismo tiempo, también los llevaba al centro de día. Decidí abrir una cuenta de Instagram para enseñar esos recursos, pero sin ninguna intención más. Muchas personas me preguntaban dónde y cómo conseguirlos, así que se me ocurrió la idea de crear un blog para que todo el mundo pudiera acceder a ellos. Así empezó todo. Poco a poco ese pequeñísimo proyecto ha ido creciendo y ahora se ha convertido en una web en la que podemos encontrar no solo muchísimos materiales descargables sino también información sobre educación, Atención Temprana y Discapacidad, reseñas de juegos y libros infantiles y mucho más.

Estamos al tanto sobre lo que significa ser Integradora Social, pero para aquellos que quizá no estén familiarizados con el término, ¿cómo describirías lo que es ser Integradora Social y su importancia en la educación especial?

Me gusta esta pregunta porque me doy cuenta de que todavía hay muchísima gente que no sabe exactamente qué son los Integradores Sociales y cuáles son sus funciones. En muchos casos se piensa que somos cuidadores o que solo intervenimos en habilidades sociales, pero no es así. De hecho, podemos intervenir en muchos ámbitos.

Tal y como explico en un artículo de mi web, “el Integrador Social es aquel profesional que tiene como objetivo intervenir ante cualquier caso de exclusión social a través de intervenciones directas y especializadas, que puede ser de tipo educativo, asistencial o de apoyo psicosocial”. Como decía, podemos intervenir en muchos ámbitos: educación, tercera edad, discapacidad, inmigración, violencia de género y otras áreas.

En el ámbito educativo, el Integrador Social promueve la inclusión de aquellos alumnos con necesidades educativas especiales, además de aportar apoyo emocional y trabajar habilidades sociales. En cuanto a su intervención con alumnado con NEE, trabaja junto a los docentes creando materiales adaptados a las necesidades y características de cada niño/a. Además, no solo trabaja directamente con los niños, sino también con sus familias, ofreciendo apoyo y orientación.

Esto sería un poco a modo de resumen, ya que como decía, trabajamos en muchos otros aspectos.

Tu compromiso con la educación especial y tu deseo de estar en constante aprendizaje nos inspiran. ¿Qué consejo le darías a alguien interesado en seguir una carrera similar?

Le diría que es un trabajo muy muy bonito pero a la vez muy comprometido, ya que trabajas directamente con personas  vulnerables, y en el caso de trabajar en el ámbito educativo, dejarás huella pero también te dejarán huella, porque cada caso es un mundo.

Aunque siempre he querido dedicarme a algo que implicara AYUDAR, nunca me había imaginado estudiando Integración Social, pero ahora siento que es lo mejor que he hecho, y pienso en ello cuando estoy con mis peques. Ver a un peque avanzar después de un tiempo trabajando lo mismo, es una sensación increíble.

Dado que has trabajado tanto en el voluntariado como profesionalmente en el campo, ¿hay alguna historia en particular de tu experiencia que crees que captura el corazón de tu trabajo?

Uff… no sabría decirte… En cada sitio que he estado he hecho un trabajo diferente (primero en el ámbito del ocio y discapacidad, luego en el centro de día, ahora en el ámbito educativo…) y conoces a muchas personas que dejan huella para siempre. Pero los peques con los que trabajo ahora somos como una familia, y cada uno tiene su esencia. No solo ellos aprenden conmigo, sino que yo también aprendo con ellos. Cada uno tiene una historia o dificultades diferentes: a nivel escolar, social, familiar… y poder ayudarles es lo que a mí me llena el corazón y me hace reflexionar, llegando a la conclusión de que estoy haciendo lo que más me gusta.

Todos tenemos un “truco” bajo la manga para esos días difíciles. ¿Cuál es tu estrategia secreta para motivar a tus alumnos cuando simplemente no están con ánimo?

Si os lo digo… ¡deja de ser secreto! Jajajaj. No, no es nada del otro mundo. Normalmente mis peques siempre entran por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja, pero sí es verdad que alguna vez pues pueden venir más cansados y con menos ganas de trabajar, y es completamente normal y hay que entenderlos y adaptarnos. ¿Qué hacemos entonces? Pues “aparcamos” las actividades más complicadas que tenía planificadas y empezamos la sesión tranquilamente hablando de cómo nos ha ido el día en el cole (ya que yo trabajo por las tardes), contamos un cuento, les dejo elegir un juego… etc, y cuando ya les veo más animados/as introduzco alguna de las actividades que había planificado. Creo que muchas veces (generalmente) vamos directamente a realizar la intervención con los niños/as y nos olvidamos de ESCUCHARLES, cuando quizá tienen la necesidad de contarte cómo les ha ido el día, algo que para ellos es importante o incluso contarte cómo se sienten. Y no pasa absolutamente nada porque algún día trabajemos un poco menos por detenernos en estos detalles. Además, como siempre digo, a través de los juegos y los cuentos podemos trabajar muchas cosas sin que ellos sean conscientes mientras pasan un rato agradable.

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