Convivir con un hermano o una hermana con discapacidad puede ser algo complicado de llevar.

A veces pueden surgir en ellos sentimientos de:

  • CELOS:  ya que el niño o a la niña con discapacidad necesita muchos más cuidados y atenciones.
  • CULPA
  • VERGÜENZA:  este sentimiento es muy común entre los hermanos y hermanas hasta que se acostumbran a la situación, ya que en el colegio u otras situaciones el resto de niños y niñas les pueden hacer preguntas, mirarles de forma diferente…
  • COMPENSACIÓN: intentando dar a la familia todo aquello que el hermano o la hermana con discapacidad no puede dar o hacer.
  • SOBREPROTECCIÓN: sintiéndose en algunos casos un segundo padre o madre.
  • MIEDO:  por el futuro y lo que pueda suceder en su familia.

 

Estos sentimientos variarán dependiendo de la edad de cada niño o niña y de la diferencia con el niño o la niña que presente discapacidad. Aún así, de forma general, estos sentimientos se pueden dar en todas las edades y en todas las etapas evolutivas.
Pero tener hermanos y hermanas con discapacidad también puede aportar beneficios para ambos. Para el que presenta la discapacidad, el hecho de que haya otros menores en la casa supone un entorno de estimulación y diversión, juegos y posibilidades en casa con una persona de confianza. Para el niño o la niña que no tiene discapacidad, además de ese mundo de estimulación y juego, también le aporta otros beneficios muy importantes como:

  • Adquisición de valores como la tolerancia y el respeto
  • Aceptación de la diversidad

Todo ello hará que de mayor sea una persona tolerante y respetuosa.

Es importante respetar sus necesidades infantiles, no sobrecargándoles de responsabilidades que no les corresponde en su edad. Esto no quiere decir que no puedan participar en el cuidado de su hermano o su hermana, sino que esta participación debe ser escalonada y adecuada a sus posibilidades.

 

Recomendaciones para padres y madres con hijos e hijas con y sin discapacidad:

  • Hablar con naturalidad con los niños y niñas sin discapacidad sobre su hermano o hermana, de sus limitaciones pero también de sus puntos positivos.
  • Es importante escucharles a todos y dedicarles tiempo individualmente.
  • Tratarles por igual, no ser más permisivo con unos que con otros. Las normas son las normas para todos por igual.
  • Reconocer y premiar los logros conseguidos, sea quien sea, cada uno a su nivel.
  • Permitirles expresar cualquier tipo de sentimientos, ya sean negativos o positivos.
  • Crear momentos familiares con actividades de ocio compartido.
  • Hacer planes implicando a todos los miembros de la familia.
  • Fomentar y permitir un vínculo importante entre los hermanos y hermanas.

 

 

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