A los adultos nos rondan mil preocupaciones en nuestra cabeza. Pero… ¿qué pasa en los niños? ¿No existen las preocupaciones? Lo cierto es que sí, y no solo eso. Además, suelen encontrar dificultad a la hora de expresar y exteriorizar sus sentimientos. Pero seguro que con la historia de la reseña de hoy, podemos ayudarles en esto.
La protagonista de esta historia se llama Lucía y es una niña muy feliz. Le encanta montar en los columpios, explorar lugares… Pero un día, descubre una preocupación (representada como una “pelusilla”) que la acompaña a todas partes. Donde va Lucía, va la preocupación.
La acompaña en el desayuno, por las noches, en el colegio…
Nadie, absolutamente nadie más, es capaz de ver esa preocupación, así que ella intenta hacer que tampoco la ve.
Cada día que pasa y cuanta más importancia muestra, más grande se hace, y esto a Lucía le incomoda cada vez más y le impide disfrutar del día a día. Le hace sentirse muy triste.
“¿Desaparecerá algún día la preocupación?, ¿qué pasará sino?”. Todas estas preguntas se las hacía Lucía, pensando que jamás volvería a ser feliz.
Pero un día descubre que no es la única que tiene preocupaciones. Ve a otro niño en el parque que parece sentirse tan triste como ella, y además, a su lado pululaba una “pelusilla” parecida a la suya. Y decide preguntar qué le ocurre.
Ambos hablan de lo que les preocupa a cada uno, y esas “pelusillas” (preocupaciones) empiezan a encoger su tamaño, hasta que se dan cuenta de que… ¡han desaparecido! Y Lucía volvía a sentirse tan feliz como antes.
Aprendió que existen las preocupaciones, y que de vez en cuando las tenemos a nuestro lado, pero ahora que sabe manejarlas, no permanecen tanto tiempo a su lado.
A través de esta historia, con unas imágenes muy llamativas en blanco y negro donde destacan los colores azul y amarillo, enseñamos a los niños y niñas a identificar emociones, en este caso la preocupación, y la importancia de expresarlo y exteriorizarlo para librarse de “ese peso” y que los demás podamos ayudarles.
Después de la lectura de este cuento, podemos pedirles a los niños que escriban en un papel algo que les preocupe. Al final de este post os dejo un recurso descargable, que consta de unas tarjetas con el elefante característico del blog, donde los niños pueden escribir lo que les preocupa, para después tratarlo con ellos de manera individual o en grupo.
Para terminar, les daremos algunos consejos para evitar que esa “pelusilla” o preocupación se haga tan grande, como evitar pensar en ello y pensar en cosas bonitas, en personas a las que queremos, pensar en lo que hicieron en las últimas vacaciones o pensar en sus amigos… etc.
Un cuento recomendado para peques a partir de los 3 años hasta los 6, pero que en mi opinión, podemos utilizar con niños más mayores que se encuentren en una situación similar, ya que es importante aprender a manejar y expresar nuestras emociones a cualquier edad.
Para terminar, os dejo las tarjetas descargables: